Estados Unidos, "tierra de oportunidades", paraíso en donde los sueños son posibles. Cuántas historias no hemos escuchado del pobre que de la noche a la mañana, con esfuerzo y dedicación, y un poco más que suerte, logró cambiar sus adversas circunstancias para conquistar "the american dream", la innovación ahora, y quizá desde entonces, participa en este sueño.
¿Todos podermos soñar?
El espejismo de lo moderno consiste quizá en plantear que las ideas te permitirán alcanzar el éxito, aunque pensándolo bien, si en la sociedad liberal moderna el éxito se mide en función de la posibilidad que tienes para adquirir bienes y servicios: :¿queremos realmente alcanzarlo?
Como hemos señalado en notas anteriores, la soledad permanece en nuestro interno y la comunidad no logra resolver nuestras angustias y miedos, y sí además consideramos que el consumo ha caido en el exceso (también esto lo hemos mencionado previamente) evidenciando que tampoco a logrado eliminar el vacio interior: ¿De qué me sirve entonces alcanzar el éxito?
Puedo a través de mis capacidades, revolucionar mi conducta y participar de lleno en la aldea global, insertarme en este juego que conmigo o sin mí, no se detendrá; debo decidir: me integro o desaparezco; aunque también puedo elegir: me alejo para que permanezca tal y como está, o me inserto para transformarlo; que parezca una hazaña titánica, no quiere decir que sea imposible. ¡Debo tener actitud!
El verdadero éxito consiste quizá en comprender el funcionamiento del sistema, para ello es necesario su análisis, conociendo su origen podremos establecer objetivos comunes y mecanismos que nos permitan empatar su cumplimiento con nuestros objetivos personales, eso es propositivo, original e innovador.
La reflexión del día: ¿Se vale soñar?
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