miércoles, 24 de marzo de 2010

La búsqueda de los derechos humanos

¿Son los derechos humanos un instrumento del discurso legitimizador del Estado contemporáneo?
¿Es conveniente decir que los derechos humanos son inherentes a todos los seres humanos y que al ser reconocidos por el orden jurídico adquieren el carácter de garantías?
El discurso de los derechos humanos comenzó a difundirse de manera global a partir del siglo XIX. El reconocimiento de las personas en tanto un fin en sí mismos y no como objetos, generó un cambio en la conciencia de los individuos, quienes al reconocerse como sujetos activos en la sociedad, exigieron la formalización de esta identidad como condición para la construcción del nuevo Estado. En esas condiciones se hizo necesaria la difusión del discurso, y las revoluciones de los siglos XIX y XX permitieron en mayor o menor medida cumplir este propósito, sin embargo la reflexión respecto a su origen adoptó diferentes perspectivas.
La expansión del comercio y la necesidad de colocar las mercancías hizo necesario que los individuos que no podían adquirir lo hicieran; por lo cual habría que reconocerles, al menos de formalmente, los mismos derechos o ¿De qué otra forma podrían comprar?
Si reflexionamos un poco, aunque parezca complicado, nos daríamos cuenta de que a lo largo de la historia las reivindicaciones tienen que ver con el interés económico y la expansión de nuestro sistema corporativo. En el siglo XIX hablabamos de colonias y emergentes naciones independientes que luchaban por su derecho a comerciar; a mediados del siglo XIX los trabajadores clamaban por recibir los beneficios del sistema que sostenían; y durante todo el siglo XX se sucedieron luchas constantes impulsadas por grupos de personas que comenzaron a participar activamente en el sistema económico bajo la premisa: dinero= libertad. Y que una vez en la dinámica se negaron a volver a la pasividad que los mantenía en la exclusión, llámense afroamericanos, mujeres, homosexuales, indígenas, etcétera.
Esto no quiere decir que no mejorasen sus condiciones de vida, porque ¿mejoraron no es cierto? es decir ¿también participan del concierto enajenante del consumo, o no?
En este orden de lo que quisiera fuera una idea, pensemos: ¿Es una victoria de la humanidad el reconocimiento de los derechos humanos o del sistema corporativo?
La reflexión del día: ¿Necesitamos otra?

domingo, 21 de marzo de 2010

La perfección encarnada

¡Si el Dios de la antigüedad fue creado a imagen y semejanza
del hombre, el nuevo dios también!
De la misma manera en que la idea del Dios paternalista, omnipresente, castigador y benévolo que nos protege y mantiene unidos como sus hijos, funciona en el imaginario colectivo nacional, se pretende que el Estado mexicano asuma (al menos en el discurso) la misma función ambivalente.
El perfeccionamiento, ideal que no puede pertenecer a lo seres humanos sino que es exclusivo de Dios, debe permear a las instituciones, que en tanto representaciones del poder divino terrenal no pueden caer en "tentación", porque si bien, se encuentran integradas por imperfectos seres humanos, la emanación divina que los enviste al asumir sus cargos, debe impedir que las pasiones dominen su ánimo y nos muestren las fracturas que de origen cimentan a las instituciones de que forman parte, pero ¿si en la iglesia católica, la institución más antigua del mundo, los sacerdores fallan, porque no han de hacerlo los sacerdotes del Estado nacional?
Lo paradógico no comienza en la necesidad de crear mecanismos de control al poder divino del que se ha investido a las instituciones y a sus integrantes, sino en que se espera una efectividad absoluta. Pero ¿es posible comprobar la eficacia de los propios medios que surgen a treavés de una reivindicación del propio Estado?
¿Es posible generar un Estado liberal, benefactor, social, humano, a través del discurso democrático? o hagámoslo más sencillo ¿Es divinizándola como se obtienen la perfección de una
creación humana?
La reflexión del día: ¿Y tu nieve?

Consumo garantizado

El consumo es un mecanismo de control social, dentro del sistema corporativista en que vivimos, la preocupación que genera la imposibilidad de mejorar nuestro nivel de vida, que en este momoento se determina por la acumulación de bienes y la capacidad que tenemos de adquirir servicios, genera una competencia enajenante.

Para mantener su funcionamiento, el sistema difunde varios discursos, entre ellos: inocula en la población la creencia de que a través del trabajo podrá acceder a un mejor estatus. La exposición reiterada a experiencias del "american dream" fija en las personas el aliento de esperanza que requieren para el día a día, mientras se desinteresan por el resto del entorno que no parezca ser compatible con ese sueño. esperanzador.

Cuando en la sociedad comienzan a generarse reacciones en contra del discurso emperante, el aparato tiene que abrir alguna válvula (de acuerdo con la ocasión) regularmente a través del reconocimiento de aguna exigencia. En una sociedad formalista como la nuestra suelen emplear a la herramienta que históricamente ha probado su alta eficacia: la ley.

La ley reconoce formalmente la igualdad que, dentro del discurso, todos poseemos como parte del sistema, cuyo engranaje nos da la posibilidad de "mejorar", no obstante las capacidades y características de cada uno de nosotros, el trabajo actúa entonces como el factor que permite el cumplimiento de las expectativas que el propia sistema nos ha inducido a través de la exposición; la imposibilidad de lograrlo tendría que acompañarse por un cambio de sistema, lo cual no va a generarse a partir del mismo, es por ello la importancia de un discurso conciliatorio: ¿el garantismo?

La reflexión del día: ¿Será que el sistema evoluciona a través de su extinción?

lunes, 15 de marzo de 2010

En búsqueda de la seguridad

¿El Estado democrático es el nuevo ideal que ha sustituido el concepto de Dios como elemento de religación entre los individuos? o ¿Es el poder el nuevo Dios que se envuelve en un discurso democrático para legitimarse? o será que ¿El hombre para ejercer el poder creo un discurso trascendental, que llevó el nombre de Dios?

Los tiempos han cambiado y "la racionalidad" exige explicaciones sobre el cómo y por qué estamos unidos, necesitamos comprender el entorno y plantear soluciones a los conflictos que nos aquejan, y que posiblemente sean de origen.
El Estado democrático plantea en su discurso una serie de derechos que nos otorgan la categoría de iguales, todos poseemos los mismos derechos mínimos, aunque en la práctica no todos puedan ejercerlos de la misma forma. Esa ilusión que plantea, es el sustento de la estructura gubernamental y social, la religación se centra ahora en el convencimiento de que "todos" formamos parte de la sociedad de la misma forma, es la misma igualdad cristiana pero reconocida ya no por el derecho natural emanado del Dios del pasado, sino por la Constitución misma que tiene su origen en el nuevo dios, nuestro Estado democrático, y que no nos promete un reino de los cielos sino que nos plantea la posibilidad de vivirlo en la tierra.

La reflexión del día: Si la tierra se convierte en el cielo: ¿Dónde quedará el infierno?

martes, 9 de marzo de 2010

¿Necesitamos creer?

¿Es posible que nuestra seguridad dependa más de lo que imaginamos que de aquello que vivimos?

¿Será acaso qué necesitamos un ideal para vivir?

¿Es la soledad la que nos da inseguridad o la compañía?

La pregunta del día: ¿Cómo te sientes más segur@?

lunes, 8 de marzo de 2010

El experimento

"Das experiment"
Será una obra de ficción o el manual que sigue el gobierno actual.
Si analizamos, talvés podamos identificar algunas similitudes de nuestra realidad con este filme, valdría la pena preguntarse ¿son casualidad?
No creo en la ignorancia que se le atribuye a nuestro gobierno, ni me preocupa la tan "mentada" ingobernabilidad, lo que me ha causado inquietud es la experimentación de que somos objeto.
Imagínense: las condiciones económicas no mejoran, los empleos continúan perdidos entre los registros del IMSS,las cifras oficiales y las bancas de los parques públicos, el IVA es del 16%, la gasolina sube cada dos semanas en promedio, los artículos de primera necesidad se convierten en un lujo, y además tenemos que seguir viendo día con día el jaloneo de los políticos que dicen representarnos en el discurso, por cierto también muy manoseado, de la democracia.
No les parece el escenario propicio para un experimento.
OBJETIVO: Conocer el grado máximo de resistencia de la población mexicana
HIPÓTESIS:Los movimientos armados en México son cosa del pasado
CONCLUSIÓN:En curso...

La frase del día: ¿Quién dijo que no se puede?