Querer ser... esa es la cuestión
Estuve pensando un poco en mi labor académica, a razón de un examen y una tesina que fueron para mi todo un problema, lamentablemente soy víctima del positivismo jurídico, me ví defendiendo sólo los principios en las normas, asumí la posición más cómoda y menos crítica. Es díficil remar rio arriba, sobre todo cuando dejas pasar el entusiasmo del redescubrimiento.
La disciplina es necesaria, no sólo en la sociedad, para lograr objetivos comunes, sino en la vida cotidiana, el método también es indispensable, en una investigación no basta que el tema te interese, es necesario conocerlo, descubrirlo y redescubrirlo, identificarlo y explicarlo de la forma más sencilla posible. Solía decir a mis compañeros ingenieros y arquitectos, en la Dirección de Obras donde trabaje por algún tiempo: "Si al escribir lo que ustedes técnicamente comprenden tan bien, logró comprenderlo yo (abogada) entonces hicimos lo correcto", y es que pocas veces se repara en la importancia del lenguaje y su amplia utilidad.
La palabra es poderosa, un buen diálogo puede transformar una vida y un discurso efectivo puede cambiar el curso de la historia. La disciplina nos permite enfocar nuestra atención, por ello comienzo a comprender la imporancia del orden. ¿Es posible desarrollar nuestro autocontrol en medio del caos, y si es posible, entonces tiene más valor?
La reflexión del día: Dialoguemos
El positivismo jurídico es una herramienta. Si se usa bien y en las condiciones adecuadas, es muy útil. No es malo usar las herramientas, lo malo, es no saber cuando dejarlas. UN martillo se guarda cuando se tiene el clavo donde debe ir, el positivismo jurídico, se guarda al terminar el primer año de la maestria... justo cuando tu lo haces.
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